Al ritmo del Joe, Éider Arévalo condujo la marcha de la delegación de Colombia
Más de cinco mil atletas marcharon por el Metropolitano.
Caminando a la cadencia salsera de 'En Barranquilla me quedo’, el campeón mundial de marcha Eider Arévalo condujo a la delegación colombiana durante la vuelta olímpica de las 37 delegaciones participantes en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
El desfile estuvo encabezado por los trompetazos de los mariachis. La primera delegación en hacer su triunfal arribo fue la de México, la más grande de las justas, quien tradicionalmente recibe el honor de ser la primera delegación en desfilar gracias a ser uno de los países fundadores de la Odecabe.
Canciones como 'La Cucaracha’ le pusieron el ritmo al desfile de los 'manitos’, como una de las delegaciones que más simpatía conquistó.
De allí en adelante el desfile de delegaciones se siguió por perfecto orden alfabético, presididos por los ritmos pegajosos y alegres de las diferentes tierras que adornan el Caribe y por supuesto sus islas, ya sean las Antillas mayores o menores.
Sin embargo el estadio no sintió un estremecimiento hasta las primeras notas salseras con el arribo de los máximos campeones, la delegación de Cuba.
A ritmo del 'Oye como va’, los cubanos dieron la vuelta alrededor del Metropolitano inspirando un profundo respeto ante su enorme delegación repleta de campeones mundiales y medallas olímpicas.
Una de las entradas más vistosas de la noche la hizo la delegación de Guatemala. Al entrar por la puerta de maratón, cada deportista cargaba una lámpara en sus manos, como asemejando la constelación que se reflejaba en el cielo sobre el estadio.
Pero en reegué no se quedó atrás para tomar parte de la fiesta. La delegación de Jamaica entró cargada de su ritmo, tan trepidante como la velocidad características de sus atletas. El estadio, literalmente se batió en palmas ante el paso de los isleños.
Pero del canal llegó 'Pedro Navaja’ para elevar el espíritu del Metropolitano. La delegación de Panamá entró al ritmo de Rubén Blades para batirse mano a mano con las canciones de Héctor Lavoe, que acompañó el ingreso inmediato de Puerto Rico.
Pero el duelo musical y de palmas continuó con el ingreso merenguero se República Dominicana. Sí en los juegos se batirán con la misma intensidad que en el plano musical, muchas emociones esperan en los próximos 15 días.
Pero la hermandad no se puede ocultar. El lazo bolivariano salió a trote con el paso de ‘Caballo Viejo’. Venezuela ingresó al estadio en medio de un ovación que solo fue el preámbulo.
La verdadera explosión llegó con el paso mundialista impuesto por Arévalo, en medio de las prodigiosas notas que resumieron todo el propósito de estas justas, decir inequívocamente, para cada uno de los más de cinco mil trescientos deportistas, 'en Barranquilla me quedo’.